TESIS 11

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martes, 25 de agosto de 2015

COYUNTURA: Paro de los trabajadores y Levantamiento Indígena: el desenlace.


PARO DE LOS TRABAJADORES Y 
LEVANTAMIENTO INDÍGENA:
EL DESENLACE


Por Lenin Salas
Escrito el 25 de agosto de 2015




Nota:
En un trabajo anterior analizamos los posibles escenarios de la lucha social en el que destacamos 4 alternativas de desenlace (ver documento en http://infotesisonce.blogspot.com/2015/08/coyuntura-paro-de-los-trabajadores-los.html) Primero transcribiremos dicho segmento para, después, continuar con nuestro análisis a partir del título PARO DE LOS TRABAJADORES Y LEVANTAMIENTO INDÍGENA: EL DESENLACE.


     Los escenarios que puede desatar la coyuntura
  
     Se puede esperar cuatro escenarios de la coyuntura, que veremos uno a uno a continuación.


     1. Que las fuerzas sociales no se movilicen en la forma esperada.

     Este escenario, desfavorable para el movimiento social, es posible en la medida que las fuerzas sociales se confíen demasiado en que “otras fuerzas” sociales les darán haciendo su trabajo. Hemos observado que cuando el movimiento indígena se moviliza, otros sectores se quedan a la expectativa porque confían que esta fuerza es suficiente para lograr los objetivos; sin embargo, este importante sector social no tiene en la actualidad, la fuerza necesaria para hacerlo y requiere de la movilización de importantes sectores medios para lograrlo.
     Este escenario es muy peligroso para la organización social, un fracaso de la movilización traería consigo una gran contraofensiva inmediata del gobierno, que terminaría por desarticularla. El movimiento social debería prepararse, si esto sucediera, para un retroceso lo más ordenado posible hasta que se puedan reorganizar las fuerzas.


     2. Que el movimiento social logre posicionar un programa alternativo independiente de las clases dominantes.

     Esto significaría un empate táctico con las fuerzas del gobierno y de la vieja derecha, un proceso de contra ofensiva gubernamental, de aniquilamiento de la organización social, vendría aunque no de inmediato, dándonos tiempo para re-articularnos, el escenario de la lucha puede pasar a lo electoral. Las fuerzas de derecha acondicionarán su táctica con miras a las elecciones del 2017 y el movimiento social deberá reinventar los caminos de su lucha. El desenlace de la lucha, favorable para el movimiento social se postergaría hasta el estallido de una crisis económica, prevista en 2 o 3 años.


     3. Que la movilización social permita un golpe de Estado que derroque al gobierno de Correa y se imponga un gobierno “de transición” bajo el control de la derecha.

     Este escenario depende de dos cosas: un acuerdo (que ya está dado) entre las clases dominantes, el poder militar bajo la venia del Estado imperial (legitimidad externa del nuevo régimen) y el éxito de la masividad de la movilización social (legitimidad interna).
     Este escenario es el que tiene mayores posibilidades, pero es también muy peligroso para el movimiento social; un gran sector puede ser cooptado por el nuevo poder y a mediano plazo se verá una ofensiva contra este. Después de que el nuevo gobierno desmonte todo el aparato correista (pero no el marco legal que lo sustenta), apuntará sus cañones contra nuestras filas, utilizando los mecanismos legales y extra legales creados por Correa, que quedarían intactos para continuar con el ataque a la organización social.


     4. Que el movimiento social rebase todas las expectativas y logre derrotar al régimen.

     Este escenario, aunque es uno de los menos probables, no es imposible de que suceda. Dependerá de la masividad de la convocatoria y que el papel fundamental se desplace desde las masas espontáneas, hacia el movimiento social organizado, hacia sus organizaciones políticas, que deberán poner en juego toda su capacidad para sustentar un acuerdo que supere su fragmentación y sea capaz de remover los cimientos del régimen establecido, más allá del gobierno de turno.
     Este escenario nos obligaría a la construcción acelerada del Poder Popular desde la base social, mientras se va desmontando todo el aparato estatal del régimen.



PARO DE LOS TRABAJADORES Y LEVANTAMIENTO INDÍGENA:
EL DESENLACE




     Al momento de hacer un balance, debemos observar el carácter móvil de la lucha social, que atravesó estos cuatro escenarios en su momento y la incapacidad de entender esta movilidad nos llevó a un estancamiento que no logró un desenlace oportuno.
     En términos generales podremos decir que el Paro obrero, fue un fracaso, el Levantamiento Indígena tuvo victorias y reveses y la movilización urbana en la capital fue un éxito, aunque su potencial no fue canalizado.


     La convocatoria al Paro

     Como dijimos anteriormente, la convocatoria a Paro Nacional, se da en medio de  algunas condiciones a saberse:
-       La crisis fiscal del gobierno.
-       El agotamiento del sistema impositivo (impuestos).
-       El cansancio en muchos sectores del discurso correista y su prepotencia.
-       La necesidad de defender las organizaciones ante la arremetida del gobierno.
-       El descontento de amplios sectores de la sociedad que exigen la salida del presidente Correa.
-       Las diferencias entre los grupos de derecha (correista y vieja derecha) por conducir el Estado.

     Las condiciones de la lucha social viene desde una lenta re-composición del movimiento obrero, una re-articulación de la CONAIE como expresión de los pueblos indios y el impulso de sectores de derecha de un activismo anti correista acompañado de consignas anticomunistas.
     El libreto de las derechas está vigente, se trata de apegarse a la llamada política del péndulo, donde dos actores (bipartidismo) se turnan en el poder, aparentando posiciones irreconciliables. Hoy con más fuerza se impulsa la imagen de que se enfrentan una derecha partidocrática vieja y el "comunismo" de Alianza PAIS; el objetivo siempre será posicionar a estos dos actores para que se vayan turnando en el poder, con pequeñas diferencias de estilo, pero en el fondo, unidos por el cordón umbilical del programa económico desarrollista-neoliberal, que irá transformándose poco a poco en un programa eminentemente neo liberal.
     La democracia burguesa modernizada se expresa en un nuevo proyecto re-concentrador de la riqueza dependiente del capital transnacional, con un modelo de Estado represivo y con un movimiento social desarticulado o cooptado por el poder. El sueño de Febres Cordero de una democracia de contrainsurgencia, con un modelo concentrador de la riqueza y profundamente anti nacional se ha cumplido en nombre de la "Revolución Ciudadana". La construcción del paraíso burgués neo liberal está en marcha.
     Sin embargo, las luchas intestinas de la burguesía por "conducir" el modelo también están al orden del día, los intentos desestabilizadores desde la vieja derecha coinciden con el ascenso de la lucha social, el escenario preparado para un golpe de Estado se desarrolla en buenos términos cuando el Levantamiento Indígena es convocado y un acuerdo entre la burguesía, la embajada norteamericana y el alto mando militar se apresta a ejecutarse, la condición esperada es que el movimiento se desarrolle con mucha fuerza tres días consecutivos en la capital y entonces, vendría lo "inevitable", un golpe de Estado que posicione un gobierno "civil" de transición hacia un gobierno de esta derecha en forma permanente. La transición sería un espacio desde donde se neutralizaría el aparato correista sin desarmarlo, pues su infraestructura es necesaria para golpear de forma quirúrgica a la izquierda y al movimiento social. Una limpieza rápida para transitar al nuevo gobierno “pacificador”.
     El cálculo de este escenario se dio, por el conocimiento inicial que maneja tanto el gobierno como las fuerzas de la vieja derecha, de la real incidencia de un movimiento social débil que cuenta con un frente obrero débil orgánica y políticamente, un movimiento indígena desarticulado por el aparato gobiernista y un movimiento urbano que se mueve sólo espontáneamente en la capital, mientras que en el resto del país es poco combativo.
     Sin embargo, no entra en cálculo la capacidad regenerativa que tiene el movimiento indígena, cuyos dirigentes son removidos constantemente, más aún cuando se asume posiciones de lucha. El llamado de la CONAIE contiene una fuerza moral y política suficiente para re-articular al movimiento y la predisposición a la lucha se establece cuando el rico diálogo bases-dirigencia se establece. Aquí existe una gran base social descontenta, que cuando desaparece el brillo de los espejos del poder, puede mirar con claridad el trasfondo de la política gubernamental.
     Sin embargo, no podemos obviar que existieron muchos errores como la improvisación del Levantamiento con la ausencia de diálogos previos con la base y la inexistencia de una estrategia de Levantamiento. Ni las bases, ni las fuerzas políticas que actuaron estaban preparadas para el enfrentamiento y hubo dubitación en los objetivos de la movilización, lo que llevó a muchos grupos urbanos a la decepción.
     El Levantamiento inicia con la pretensión de establecer un programa propio en la agenda social de la lucha y con la necesidad de re-articular al movimiento, los cálculos de la dirigencia están en fortalecerse con el Paro obrero, que no se dio nunca y en el ascenso de la lucha de las clases medias quiteñas. Como vemos, se desarrollaban el segundo y el tercer escenario (mencionados arriba) al mismo tiempo. Las posibilidades para el escenario del golpe de Estado se desarrollaban acorde al plan de la derecha, mientras el movimiento social iba posicionando su programa y re-articulando sus fuerzas, aunque en un principio inicia débilmente.
     El logro primario de este Levantamiento es que se establece una confrontación a tres ases, donde están las fuerzas de la vieja derecha, la nueva derecha correista y un movimiento social re articulado. A diferencia de Venezuela, donde la ausencia de organización social independiente coloca al pueblo detrás de las consignas y grupos de derecha, aquí el pueblo puede ser conducido desde una izquierda que hace esfuerzos por recomponerse.


     La re-composición del movimiento social y las dubitaciones de la dirigencia

     La convocatoria a Levantamiento adquiere dimensiones especiales con enormes simpatías en la clase media de todo el país, que hace un bocinazo al paso de la Marcha Indígena con que inicia la lucha. Aquí se hace presente el primer escenario, cuando los habitantes de las ciudades aplauden el proceso de Levantamiento, apoyando con víveres y vituallas, pero sin incorporarse. Creen que la fuerza indígena es suficiente para derrocar al gobierno y trasladan toda la responsabilidad a los sectores urbanos de Quito para fortalecerlo. Esta inmovilidad permitió que se muestre un Paro Nacional débil y que el gobierno pueda concentrar sus pocas fuerzas militantes y una gran fuerza represiva en la capital.
     Por su lado el movimiento indígena va reaccionando de menos a más. Empieza por cuestionar a sus dirigencias locales comprometidas con el gobierno, superándolos, removiéndolos (como en Ambato) u obligándolas a sumarse a la convocatoria, a la movilización. Su lento despertar hace que en unas zonas se agudice la lucha y se agote, mientras en otras va recién incorporándose. Muchos sectores se unen al Levantamiento mucho después de la fecha convocada. Sin embargo, en el sentir de lo profundo del pueblo, se rompe para siempre cualquier vínculo, o nexo, o simpatía que pudiera haber con el régimen. El Levantamiento se adentra en la mente y en los corazones de la gente, que llegan a identificar de inmediato al enemigo próximo, que es el gobierno de Correa.
     Para el día 13 de agosto, la marcha en Quito se desarrolla de forma espontánea con la incorporación de más de cien mil quiteños a las calles y aunque en el resto del país la movilización urbana es débil y la movilización rural está en lento ascenso, las condiciones para pasar al cuarto escenario se van dando.
     Allí viene la respuesta de un gobierno debilitado (que no duda en implementar la represión masiva) frente a la opinión ciudadana; pero en medio de aquella realiza una intervención quirúrgica encarcelando durante dos horas al dirigente Pérez, a la esposa de éste y a Quishpe. Muchos creen que en esas dos horas se les amenazó de muerte y por ello, asumen tímidamente la dirección del movimiento posteriormente.
     Recordemos que, posiblemente por estrategia, los dirigentes de la CONAIE mantuvieron un discurso ligado a la plataforma de lucha en forma inicial, sin exigir la salida de Correa, pero en sus discursos se decía con claridad que si el pueblo exige, debería irse el gobierno, esto era para nosotros la preparación de un cambio de consigna, si las condiciones para tomarse el poder se desarrollaban. Sin embargo, el discurso no cambia y luego del encarcelamiento se vuelve aún más timorato. Ya se habla de que no se quiere desestabilización, de que se quiere que Correa termine el período o de que en las marchas se cogerá a los encapuchados y se los entregaría a la las autoridades, tal como lo insinuó el gobierno.
     Sin embargo, las masas urbanas exigen la salida de Correa, estableciéndose un gran desfase entre el pueblo movilizado y su dirigencia; la dirigencia cambia de rumbo la lucha, priorizando la defensa de Manuela Picq, quedando los objetivos generales de la lucha en segundo plano, lo que debilitó políticamente a la movilización.
     Por su lado, la derecha mira con mucha precaución las cosas, asustada frente a la rápida re-composición del movimiento social, cree que no es prudente ejecutar el golpe de Estado, entendiendo que en la ciudadanía no encontrarán en esos momentos el apoyo necesario para sostenerse, por la masividad de la movilización social y por el contenido de la lucha. El tercer escenario se va desvaneciendo y el cuarto empieza a aparecer, aunque las condiciones para sostenerse en el gobierno si se lo consiguiera, son inciertas; por la carencia de un proyecto de poder alternativo se convierten en el límite real del movimiento.
     Para el gobierno y para las fuerzas sociales, esta confrontación termina con un empate de fuerzas. Correa ha caído notablemente en la aceptación popular, el miedo a la represión se ha ido disipando, las bases sociales en especial del poderoso movimiento indígena se han reestructurado y, a nivel internacional, el correismo es desenmascarado. El empate se da por la disminución de la influencia social del gobierno, y por un ascenso del  movimiento social.
     La presencia de una gran cantidad de detenidos que se verán sumidos en el odio correista y en la inexistencia de logros en las reivindicaciones concretas son derrotas parciales del movimiento social, aunque el desenlace de la lucha aún no está escrito.


     ¿Y ahora qué?




     Las posibilidades de una contraofensiva gubernamental están limitadas debido a este empate temporal, aunque buscará por todos los medios recomponer sus fuerzas y debilitar las del pueblo. El primer paso será una guerra mediática para desestimar los alcances de la lucha, sorprender a sectores que son débiles, aunque tuvieron simpatías por el Levantamiento y hacerlas volver al corral correista. Pero también la propaganda y las exageradas sanciones a los presos políticos serán usados como medios de disuasión a la población frente a las amenazas de la continuidad de la medida.
     Una nueva etapa de corrupción de dirigencias, de obra social a destiempo, de guerra psicológica y de represión selectiva se acerca (ya empezó en Zamora con la movilización de los mineros), mientras se busca desesperadamente fondos de préstamos extranjeros y reducciones presupuestarias para enfrentar la crisis fiscal, ya que nuevos impuestos a la población no se pueden implementar porque desatarían nuevamente la ira popular. El país camina hacia una crisis económica y política cuyo desenlace dependerá nuevamente de la opción que seamos capaces de levantar.
     Frente a esta realidad, las tareas del movimiento social son:
     a) Preparar una nueva ofensiva, mientras se va desarrollando medidas de cerco y hostigamiento al poder sin darle descanso.
     b) No bajar las banderas de la lucha en ningún momento porque estamos en una guerra de posiciones que requiere la alerta general.
     c) Utilizar las formas más diversas y creativas de golpear, sean estas pequeñas o grandes. Educar al pueblo en la lucha permanente es la tarea actual.

     Pero las luchas no necesitan solamente la fuerza, es necesario darles un contenido real. Debemos decirle a la sociedad con absoluta claridad que el movimiento social regresará en una nueva ofensiva, con mayor preparación y con el objetivo de derrocar al gobierno. Ya no caben consignas intermedias que pudieron ser necesarias en la anterior movilización. El pueblo luchará valientemente si el objetivo es claro. El pueblo no debe tener ni una duda de que el gobierno caerá al calor de su lucha.
     Por su parte, los sectores populares deben aprender de la lucha rediseñando las formas organizativas y métodos. Cada sector debe saber con claridad cuál es su parte y responsabilidad en esta nueva etapa de lucha: conocer el terreno, desarrollar acciones planificadas y acciones espontáneas que consoliden su fuerza.
     Conocemos al enemigo, sus fortalezas y debilidades, y aprendemos a luchar contra él. Si su estrategia es encerrarse en un gran perímetro represivo alrededor de una base social de empleados públicos, poco combativos, atemorizados y muchos de ellos descontentos porque van obligados, entonces deberemos establecer un cerco al cerco y en poco tiempo la presión en esa masa social hará implosionar el cerco represivo.
     Se debe impulsar a la clase media de todas las ciudades a que asuma su parte de la lucha, haciéndola entender que sin su participación el gobierno podrá cercar y arrinconar a la población quiteña. Es necesario que el gobierno disperse sus fuerzas.
     Se debe potenciar el diálogo entre pueblo y fuerzas armadas; sabemos que en las filas de éste existe enorme descontento con el gobierno y que pueden jugar un papel neutral en el desenlace; pero ello dependerá también de la claridad de la propuesta.
     La izquierda, sus intelectuales y sus organizaciones deben ser muy realistas y creativas al momento de impulsar la propuesta de un nuevo poder, deben acentuar los procesos de unidad y deben compenetrarse aún más con el movimiento social.
     El pueblo, sus fuerzas sociales y políticas deben adentrarse en la construcción del poder paralelo desde abajo y hacia arriba. Así, la hora de la construcción del Poder Popular se acelera, y las posibilidades están abiertas.

lunes, 24 de agosto de 2015

ENTREVISTA: Rumi Yumbay, sobre la educación intercultural bilingüe.


ENTREVISTA CON RUMI YUMBAY, DIRIGENTE DE LA JUVENTUD CONAIE
SOBRE LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL BILINGÜE


Por Santiago González



Perfil.
Rumi Yumbay nace en la Federación de Organizaciones Campesinas Indígenas de Bolívar (FECAB BRUNARI), zonal Inti Churi, comunidad Llama Corral. Se cría en el campo, cultivando la tierra en la chacra de sus padres. La experiencia de sus viejos fue factor importante para vincularse a la Organización, para disponer su tiempo-vida y garantizar la continuidad del proceso. Hoy estudia Derecho y es dirigente de juventudes de la CONAIE, y como tal cree importante la formación de cuadros políticos que sostengan el legado e ideología del Movimiento Indígena.



Rumi Yumbay: “Que se reproduzca la idea de entender el conocimiento como algo para la colectividad”



     Introducción al tema

     Parte de la plataforma de exigencias del Movimiento Indígena ha sido el tema del derecho a la educación. Lo fue antes y durante los 90. Lo es ahora. La propuesta esencial subyacente en la educación intercultural bilingüe parecería truncada. La educación en escuelas y colegios de las comunidades es precaria. Miles de bachilleres provenientes de estas instituciones no ingresan a la universidad. Los que lo logran, estudian en circunstancias deplorables, antiacadémicas, sin las condiciones mínimas para ser estudiantes “excelentes” y de “calidad”, términos repetidos hasta el cansancio por la instancia gubernamental al referirse al proyecto de educación del actual régimen.


     Para que se entienda, ¿Cuál era el propósito de luchar por un sistema educativo intercultural bilingüe?

     Lo que exigíamos en los 90 era que se de paso a una educación basada en nuestras tradiciones y costumbres, que ayude a fortalecer la vinculación de la educación con los procesos organizativos. Era una propuesta liberadora, una visión totalmente distinta de entender la vida, la realidad; no como enseñan a entender en la educación formal que ve en los estudiantes una potencial fuerza de trabajo, de estudiar para después trabajar al servicio de los intereses empresariales. Entonces, en un primer momento, la educación intercultural bilingüe, tenía el propósito de llevar una propuesta alternativa al mundo capitalista. Una propuesta integradora donde predominen valores que se forjan en la comunidad, como la solidaridad, la reciprocidad, la ayuda mutua, el compañerismo. Valores que en las comunidades se manifiestan en lo cotidiano, en actos simples, como el ofrecer ayuda a un compañero, en no verlo como un rival con el que tienes que competir, entendiendo la comunidad como el centro de la organización, sin esta uno aprende a vivir de una manera egoísta e individual.


     Finalmente hubo educación intercultural, pero ¿qué continuó pasando con el acceso a las universidades?

     El tema del acceso a la educación siempre ha sido excluyente. No podemos decir que es igualitario, siempre ha sido un privilegio estudiar, esto hoy se evidencia mucho más. La restricción se ha ido agudizando, se han puesto más barreras, más trabas. Con la política gubernamental hay menos posibilidades de ingresar a la educación superior, con un sistema que te designa qué carrera estudiar, un sistema que te dice para qué estás apto bajo sus parámetros.


     Si consigues ingresar, ¿Cómo encuentras la educación superior que desde el Gobierno se la califica de “excelente” y de “calidad”?

     No se puede hablar de una educación de excelencia cuando te ves obligado a estudiar una carrera que no quieres, cuando te ves obligado a abandonar tu provincia, hay un desequilibrio cultural, te desvinculas de la familia, de la organización. Ir lejos mismo ya es una condición adversa, el esfuerzo de encontrar una vivienda, vivir solos. Para los indígenas que no tenemos una situación económica estable, con lo que produce el campo es más difícil aun que se cumpla el papel de estudiante. El Gobierno invierte en una Universidad para 300 estudiantes millones de dólares mientras las universidades públicas han sido desatendidas, incluso dejando de recibir sus presupuestos. Simplemente se está elitizando la educación. Además, la educación en las universidades, entre los estudiantes, se ha reducido a cumplir solamente con un horario, requisito para un título. No hay esa parte mucho más profunda de ser estudiante, con una mínima intención de entender la situación política, económica de nuestro país. Mientras menos enterado estés de lo que está pasando en el país, no tienes una posición frente a las decisiones y discusiones nacionales.


     ¿Una Academia crítica dices, que aterrice en los problemas reales de la sociedad?

     Uno ha tenido la visión de que la universidad sea un espacio que ayude a fortalecer el conocimiento científico, que en la universidad se den espacios de discusión sobre temas concretos de la realidad. Es importante que los estudiantes, futuros profesionales, asuman el servicio a la sociedad, no como una obligación, sino por un sentimiento, por su iniciativa. Sería importante que se reproduzca esta idea de entender el conocimiento como algo para la colectividad no para una sola persona. Un Ing. Agrónomo que ayude a sostener un modelo de economía que no se base en una producción con químicos, para no estar firmando TLC con otros países, eso es acabar con la economía comunitaria y nacional. Ese tipo de vínculos entre los estudiantes profesionales y la comunidad es importante, esto debería ser un compromiso, no una obligación, para ir cambiando de verdad la educación. Para utilizar este instrumento que es la educación y transformar la sociedad, que la educación no sirva para sostener la ideología de quienes tienen el poder, de un gobierno, más bien, desde allí,  pensar en una propuesta emancipadora de los sectores empobrecidos, de los trabajadores del campo y la ciudad.

domingo, 16 de agosto de 2015

LA GUARIDA DEL BÚHO: Eso que llaman VISA o expulsión blanda.


ESO QUE LLAMAN VISA O EXPULSIÓN BLANDA


Por Hugo Palacios (El Búho)





     Con otra novedad mi coronel. Que como ya sabe, últimamente estamos llenos de novedades y de informes y de juicios y de sentencias y de todo eso que nuestro gobierno del buen vivir aconseja.
     Que le cuento que en ese paro había muchos, no digo muchos más porque esa frase le pertenece al prepodente… presiponte… presidente. Que en medio del paro, que divisamos a lo lejos a una extranjera con pinta de no ser de aquí, o sea con cara de ser de allá más bien. Que unos infiltrados que estaban de violentos parecía que la estaban agrediendo. Cabe destacar, mi coronel, que esos infiltrados eran compañeros con pañuelo en la cara. Ahí le pude reconocer al sargento Mesías y al cabo Almache cumpliendo al pie de la letra su trabajo de provocar desmanes para que el jefe tenga motivo de decir que los que protestan son violentos. Cabe informar también que fueron expeditos en cumplir las órdenes, bien entrenados, para qué también. Mis compañeros sí entendieron eso del golpe blando que les capacitaron mis superiores. Espero en el futuro ser parte de las estrategias blandas y calentar las calles como el manual del buen vivir aconseja.
     Nosotros cumplimos lo ordenado también y procedimos a rescatar a esa extranjera que dizque es periodista. La vimos asediada después por un tipo al que reconocimos como Presidente de una organización violenta llamada Conaie. Y antes que este señor agreda físicamente a la periodista en mención, que nosotros, como policías de honor, nos encargamos de rescatarla. Lamentablemente como se resistía a ser rescatada, tuvimos que emplear un poquito la fuerza porque resulto bien brava. Y ese dirigente violento no quería soltarla, así que también le dimos tu estate quieto. La quisimos rescatar entre ocho y producto de la noche y de los gritos y de las malas vibras quizá, solo quizá, se nos pudo escapar unos cuantos toletazos, pero nada más. Usted sabe mi coronel que nosotros solo cumplimos órdenes, y ya pues, querían extranjera, ahí tienen extranjera. Solo que ya sabe como son los periodistas, dicen que la hemos maltratado mucho, que un video, que la represión; y que conste que solo le dimos golpes blandos como aconseja… ¿quién aconseja?... ¿O son los otros los que hacen golpes blandos? Ahí sí está de ponernos bien de acuerdo, porque si uno le hace a los blandos, quién le hace a los duros?
     Bueno, que como le decía, la señorita en mención ya fue secuestrada por nosotros… ¿Eso de secuestrada es un término blando o duro? Porque podríamos decir más bien que la rescatamos y que coincidencialmente no tenía permiso de estar aquí, así que la entregamos a superiores para que le revoquen la visa; yo por más que le rebusqué la visa no encontré nada, pero los superiores de Exteriores dicen que sí, que hay que regresarle por indocumentada y por estar de protestona y por ser compañera de ese dirigente; o sea lo que se dice, un golpe duro disfrazado de blando le dimos a los protestantes o protestones o lo que sean.
     Que conste que todo este operativo por expulsarle del país a la señorita Manuela Pick no fue premeditado, fue más bien una orden directa de los superiores que hace rato que la estaban planificando, lo que se dice en el argot revolucionario, fue una planificación blanda. Eso le pasa por andar de solidaria con los protestones, con esa Conaie. En eso se parece al gran jefe, porque él suele decir o están conmigo o no están conaie.
     Finalmente, quiero dejar presente en este parte, que esa idea de ponernos frases en los escudos como: yo también soy padre, yo también soy hijo, no han hecho el efecto esperado, pues igual me siguen gritando patanadas e insultos que ofenden la honra propia y ajena: con decirle mi coronel, que me han dicho hijo de tal, padre de cual, el que no salta es chapa, el que no brinca es Rafael, y así con toda esa bola de improperios uno no atina qué mismo hacer; si atacarles de forma blanda o devolverles el insulto de forma dura. La próxima no me aguanto y soy capaz de gritarles: Rafael serás vos, tu taita y el perro. Y punto.
Siempre presto a recibir órdenes de mis superiores, sean blandas o similares.

sábado, 15 de agosto de 2015

COYUNTURA: Paro de los trabajadores: los escenarios posibles.


PARO DE LOS TRABAJADORES:
LOS ESCENARIOS POSIBLES


Por Lenin Salas




     El proyecto desarrollista de Correa, está llegando a su límite. La crisis actual, que se presenta como crisis de liquidez fiscal, apunta a convertirse en el mediano plazo en una crisis económica.
     Las arcas del Estado se encuentran en déficit, son 500 millones de dólares cada mes el faltante que el gobierno tiene para cubrir sus obligaciones, siendo esta la brecha fiscal más grande en la historia del Ecuador, producto de una década de despilfarro y corrupción, el fin de la bonanza de los altos precios del petróleo y la revalorización del dólar, cuarteándose el frágil modelo desarrollista del gobierno y apareciendo la verdadera esencia de su política de un “neo liberalismo moderno”.
     La respuesta del gobierno para palear la crisis ha sido postergarla mediante medidas monetaristas: el pago de sus obligaciones en bonos, la creación del dinero electrónico y la adquisición de préstamos emergentes, medidas que salvan mes a mes al gobierno, sin embargo, la deuda interna y externa se incrementan y el problema no es resuelto. La fórmula de tapar los huecos del déficit con un hueco más grande nos da pistas de que la crisis no tiene caminos de solución dentro del modelo actual.
     La posibilidad de reducir costos operativos del gobierno y reducir los ingresos de los trabajadores podría ser una solución de shock, pero para ello se requiere la desdolarización de la economía, medida muy impopular que en el estado actual de decrecimiento de la popularidad del gobierno sería catastrófico para su estabilidad. La vigencia del dinero electrónico busca desvalorizar el monto de los salarios con emisiones de dinero ficticio, que a corto plazo o mediano desencadenarán nuevas crisis y explosiones sociales.
     La obtención de créditos se pone cuesta arriba cuando ya no se tiene que hipotecar y cuando se ha vendido importantes cantidades de petróleo anticipadamente (dinero gastado con anticipación), el oro de la reserva está hipotecado y el país tiene un endeudamiento excesivo, que lo descalifica como sujeto de crédito.
     El gobierno ha acudido a organismos pequeños para solicitar créditos, e incluso se ha golpeado las puertas de países como Bolivia, sin embargo las fuentes se van agotando.
     Si se acudiera a un importante recorte presupuestario, significaría poner fin a la política social que es la que ha legitimado al gobierno en muchos sectores populares, lo que traería como consecuencia la reducción de programas sociales, abriéndose profundas contradicciones entre manejo económico y manejo político, contradicción que se irá agudizando como se incremente el peso de la crisis fiscal.
     Sin embargo la crisis fiscal no significa la presencia (todavía) de una crisis económica, pues esta se desarrolla aún dentro de las arcas fiscales del gobierno. El sector productivo de la economía y el sector financiero especulativo (la banca) gozan de suficiente liquidez gracias a las jugosas ganancias obtenidas en 8 años de correismo.
     Si la situación general de la población ha tenido una escasa mejoría y los sectores de la producción y la banca han obtenido jugosas ganancias, quiere decir que el programa económico de la llamada “Nueva Matriz productiva”, ha sido un programa dedicado a estos sectores. Encubiertos tras la fachada de obra social, se han desplazado los recursos desde el estado (ingresos petroleros) y desde el bolsillo de la población (impuestos) hacia los sectores oligárquicos de la economía. La banca sigue siendo el principal acumulador de estos recursos, con lo que podremos afirmar que el correismo no ha modificado en nada el eje de la acumulación capitalista, más aún la ha fortalecido.
     Por su lado, el Fondo Monetario Internacional, que se encuentra en el país para verificar el cumplimiento de las imposiciones acordadas con el actual gobierno, no desembolsa dinero. El gobierno no cumple aún los ofrecimientos de la eliminación del subsidio al gas, pese a los esfuerzos de imponer las cocinas de inducción, aunque el programa de imposiciones se sigue cumpliendo fielmente en otros campos como la apertura al capital transnacional con inversiones en importantes sectores de la economía y con la firma sumisa del TLC con Europa. Pero el FMI se acogerá a la política imperial, que será al fin y al cabo la que decida si Correa se queda o se va, en función directa de las necesidades de profundizar este proyecto modernizarte neo-liberal que está en marcha, los recursos ofrecidos pueden convertirse en tabla de salvación o serán destinados a un gobierno de recambio.


     El programa económico y la crisis




     El programa económico del correismo no es una invención local, ha correspondido y corresponderá a las necesidades del desarrollo imperial, en un juego de supuestas “contradicciones imperialistas” entre los ejes económicos de China y EEUU.
     Ni el programa económico, ni su crisis son elementos casuales, pues se encuentran dentro del esquema planificado de la expansión del capital imperial. La actual crisis internacional, al igual que las anteriores, ya no son elementos desestabilizadores del sistema, sino elementos “de control” y regulación de la política imperial.
     La vieja tesis de la izquierda de la “inevitable crisis general del capitalismo” está caduca.  
     Las crisis, sean estas generadas o de carácter espontáneo se han convertido en parte del negocio. Esta política que se inaugurara desde la crisis de los años 30 en EEUU, convertida en un golpe de acumulación de la industria en manos de un grupo pequeño de capitalistas que controlaban el sistema financiero, que generaron la crisis para luego acumular enormes beneficios con la compra y embargo de miles de empresas “quebradas” que en poco tiempo serían “reactivadas”, lo que la potenció como burguesía mundial, en el primer gran fraude económico de la historia, donde la modalidad de la “Economía de la estafa” se inauguraba y con ello la acumulación originaria de un “mega” imperialismo.
     Desde allí las crisis económicas se han sucedido, sin que estas afecten de manera alguna al capital imperial, siendo más bien recetas para su readecuación. El mundo se mueve bajo un poder absolutista, que en la actualidad tiene la capacidad de generar y resolver crisis, manipulando la economía para acelerar la concentración del capital a escala global.
     Si miramos con atención la última crisis que ha atravesado EEUU, Europa y ahora China se deben fundamentalmente a la movilidad del capital. Europa y EEUU se enfrentan a la desindustrialización local cuando la gran industria se asienta en China, con lo que el gigante asiático fortalece su papel de Estado imperial y es desde este país que se generan políticas para sostener la economía norteamericana, sin embargo es desde las esferas del poder imperial donde se resuelve el papel que cada estado cumplirá, allí se decide  la revalorización del precio del dólar y la economía norteamericana y europea vuelve a respirar, mientras que China empieza a sufrir los efectos de la crisis con la caída de los precios de las acciones en las bolsas de valores.
     Nos enfrentamos a un mundo unipolar, gobernado por un imperio supranacional, que se escuda detrás de estados imperiales para la ejecución de sus políticas. Las contradicciones entre estados imperiales son instrumentados para ejercer el control imperial, el poder del mundo está en una pequeña oligarquía que ha concentrado la riqueza mundial en sus manos.
No estamos en una era de re-alineamiento internacional (contradicciones EEUU – BRICS) como quieren presentarnos, sino en un reacomodo de la política imperial. No es el problema si estamos alineados a cualquiera de los estados imperiales, el problema fundamental es que estamos alineados al imperio mundial, a este poder supranacional, que es el verdadero poder y constituye el ENEMIGO PRINCIPAL de los pueblos del mundo.


     El enemigo principal y las luchas locales




     Las luchas locales (o nacionales, como se las desee llamar) están atravesadas por la generalidad de que nos enfrentamos a ese poder mundial único, pero se desarrolla también con particularidades producto de circunstancias locales.
     Para ubicar al enemigo principal dentro de nuestros estados, debemos entender la forma como se desarrolla el modelo económico y la posición que adoptan los diferentes sectores de la burguesía frente a ella y entenderemos con claridad el enemigo local al que debemos combatir. Para ello debemos preguntarnos:

* Cuantos programas económicos tiene la burguesía.
* Cual de estos programas y grupos son los más funcionales a la política del imperio.
* Cuales grupos tiene una integración con el capital imperial.

     Sólo resolviendo estos interrogantes podremos comprender la esencia de los proyectos locales y su ligazón a la política imperial y solo entendiendo esto podremos ubicar al enemigo principal y desarrollar las estrategias y tácticas necesarias, para no caer en el juego de supuestas “contradicciones ínter-burguesas” que en muchos casos nos ha colocado como cola de intereses ajenos a nuestro pueblo.
     En nuestro país, la política de sometimiento al capital financiero internacional, una economía dependiente basada en el extractivismo y la exportación de materias primas y productos agrícolas, la reconcentración de la tierra para dedicarlas al monocultivo, esta vez en manos del capital trasnacional, con testaferros locales, el control de las fuentes de agua por parte de los monopolios, etc. que son los cimientos del modelo neoliberal vigente desde hace tres décadas, son elementos estructurales de la nueva matriz productiva y cuentan con el beneplácito y consenso de el conjunto de las clases dominantes. La diferencia de la vieja y la nueva derecha está en quien conduce el proyecto.
     Las diferencias de uno u otro sector se da en elementos puntuales como la ley de comunicación o la ley de herencias, pero su contradicción real está en que la oligarquía tradicional quiere conducir directamente el programa, sin necesidad de “ideólogos” como Correa, que aparece por fuera de su grupo de control y que en determinado momento puede afectar intereses puntuales o puede apuntar a la consolidación de un nuevo grupo económico. El resto, la implementación del programa es un nuevo pacto oligárquico, un acuerdo de re acondicionamiento con el poder mundial.
     Las pocas políticas sociales también se hallan en el tapete de la discusión, la vieja derecha cree que es el momento de ponerles fin, mientras que Correa necesita de ellas, pues es su rostro social, a sabiendas que ya no es posible sostenerlas dentro de su esquema. La necesidad del recambio presidencial no viene por la agitación social, sino por el fracaso del modelo desarrollista-neoliberal.
     El enemigo principal en nuestro país entonces es todo el conjunto de intereses que están detrás de este nuevo pacto oligárquico, más allá de sus diferencias puntuales.
     Esto nos coloca ante una disyuntiva: si Correa es el representante de ese neo pacto, los sectores de “oposición” de la derecha, ¿son nuestros aliados en la lucha contra Correa? No nos llamemos a engaños: Correa no es el enemigo principal, sino parte de este. Para el movimiento social, el enemigo es el conjunto del poder, por ello, las fuerzas de la vieja derecha no son amigos en nuestra lucha social, aunque la coyuntura nos coloque en caminos parecidos.


     El Paro Nacional de trabajadores y la coyuntura actual




     El Paro Nacional de trabajadores se da bajo tres elementos circunstanciales:

- La primera fue la amenaza real de desaparición del sindicalismo público con las leyes que Correa impulsa;
- El descontento amplio frente a las políticas del régimen que afectan a sectores populares, entre ellos a los obreros;
- El “acuerdo” de las clases dominantes, sus partidos y la embajada norteamericana de un recambio del representante del programa económico, que hace que las empresas del sector privado influyan en sus trabajadores en esta necesidad.
     Precisamente, cuando tenemos una burocracia sindical vacilante, fue la presión desde abajo y la influencia de algunos grupos de izquierda (que tienen alguna presencia en el sector) las que definieron la necesidad del Paro.
     Sin embargo, esta medida está atravesada por la atonía de la conducción política, que no ha logrado convertir el mínimo programa que se va forjando en la coyuntura en consigna política.
     La debilidad está en la dubitación de las dirigencias, en la incomprensión real de la coyuntura y del periodo de los grupos de izquierda y en la debilidad política de nuevos grupos que tienen influencia sobre los sectores de masas, pero que han sido incapaces de generar con ellos una línea política clara.
     El 1º de Mayo fue la demostración de ello: una masiva marcha, producto de la movilización espontánea del descontento popular se enfrentó a una ausencia de una consigna general que recoja el descontento. La carencia viene de los viejos actores y de los nuevos. Aquellos que plantearon un 1º de Mayo “diferente” se limitaron a cambiar los gritos por “pitos” y chicharras, ahogando la voz del trabajador que requería con urgencia el posicionamiento de una consigna que le dé línea de movilización y sea capaz de posicionarlo como fuerza conductora de la coyuntura política.
     Pero como la política no admite vacíos, esta carencia fue llenada por el enemigo. La reunión de representantes de las Cámaras, sus partidos, el alto mando militar y la embajada norteamericana dio como resultado la consigna de “Fuera Correa Fuera”, que se expandió rápidamente y se convirtió en el eje paradigmático de la movilización de las clases medias y luego fue asumida sumisamente por la izquierda y el movimiento social.
     La dirigencia social ha sido muy cuidadosa en diferenciar su posición a la de la derecha tradicional con lo que logran ampliar su convocatoria al movimiento indígena y algunos sectores sociales importantes como los jubilados y los médicos, afectados por las leyes gubernamentales, pero el levantamiento va tornándose de urbano a rural en medio de una debilidad parcial del movimiento indígena, acosado por un ataque descomunal del poder por todos lados, pero que en el camino se va reconcentrando y recuperando su capacidad de movilización, que no es suficiente en los actuales momentos para derrocar al régimen, requiriéndose el auxilio de la clase media, principal oponente de Correa, de cuya explosividad el movimiento social espera. Nuevamente el escenario de la lucha social se desplaza desde el país hacia la capital, donde la clase media, será quien defina nuevamente la permanencia o no del gobierno actual.
     La izquierda y el movimiento social no tiene en las circunstancias actuales la posibilidad de disputa del poder porque carece de una propuesta programática alternativa, su propuesta contestataria se limita a enfrentar la arremetida legal gubernamental, sin propuestas políticas para un recambio del poder. La derecha tradicional por su parte, se juega en el apoyo velado al Paro, abriendo el espacio en sus medios de comunicación y preparándose para movilizar los sectores donde influyen para el éxito del Paro, aunque guardan con celo sus cartas en la posibilidad electoral del 2017, jugándose a dos ases.
     El gobierno, por su lado, prepara con desesperación todas sus fuerzas, busca movilizar un gran contingente humano a la capital para desestimar el Levantamiento, aunque la ausencia de un apoyo social orgánico le está fallando, no confía ya en el papel que tiene la Policía que mira con simpatías el Levantamiento (al menos en la tropa) y las Fuerzas Armadas que son controladas desde sectores de la derecha. El gobierno va perdiendo espacio en la conciencia ciudadana, aunque confía que podrá concentrar sectores fieles y pretende a su vez disminuir el peso de la movilización mediante la guerra mediática. La represión es una carta que tiene, aunque dependerá del carácter masivo de la movilización para que esta se derrumbe.
     Para el gobierno las cosas se le ponen difíciles. El movimiento popular cuenta con un movimiento indígena en ascenso organizativo, en un movimiento sindical débil orgánicamente y más débil aún políticamente, limitado como siempre a la lucha reivindicativa, pero que en los actuales momentos es un elemento de apoyo; y una clase media que simpatiza con el movimiento en su conjunto, porque busca representarse en ella, en la necesidad de derrocar al gobierno para la defensa de sus intereses. El apoyo también viene de la burguesía y de muchos aliados del mismo gobierno, basta mirar el papel que están cumpliendo las Cámaras en Ambato, representantes directas de la oligarquía Cuesta-Naranjo, que siendo allegados y beneficiarios directos del régimen, han dado un apoyo directo al Levantamiento, pues para ellos está primero su fidelidad al capital oligárquico tradicional.
     El régimen buscará con desesperación alianzas entre las bases sociales, aislando a su dirigencia, las que se desarrollaran antes, durante y posterior a la contienda, en dependencia del grado de movilización que se alcance.
     El movimiento social es el que se apresta a ser el más golpeado, independientemente del resultado si no comprende que la lucha emprendida no se termina el 14, sino que este debe convertirse en el principio de una construcción ascendente, de un proyecto político diferente, si no rearma sus fuerzas en función de derrotar al enemigo principal, independientemente de quien se encuentre gobernando y si no comprende que su proyecto político debe desarrollarse fuera de las estructuras de este viejo poder, derrotando las caduca tesis de la “Toma del Poder”, e implementando la tesis de la construcción de un nuevo poder que destruya, de una vez por todas al viejo poder oligárquico.


     Los escenarios que puede desatar la coyuntura




     Se puede esperar cuatro escenarios de la coyuntura, que veremos uno a uno a continuación.

     1. Que las fuerzas sociales no se movilicen en la forma esperada.

     Este escenario, desfavorable para el movimiento social, es posible en la medida que las fuerzas sociales se confíen demasiado en que “otras fuerzas” sociales les darán haciendo su trabajo. Hemos observado que cuando el movimiento indígena se moviliza, otro sectores se quedan a la expectativa porque confían que esta fuerza es suficiente para lograr los objetivos; sin embargo, este importante sector social no tiene en la actualidad, la fuerza necesaria para hacerlo y requiere de la movilización de importantes sectores medios para lograrlo.
     Este escenario es muy peligroso para la organización social, un fracaso de la movilización traería consigo una gran contraofensiva inmediata del gobierno, que terminaría por desarticularla. El movimiento social debería prepararse, si esto sucediera, para un retroceso lo más ordenado posible hasta que se puedan reorganizar las fuerzas.

     2. Que el movimiento social logre posicionar un programa alternativo independiente de las clases dominantes.

     Esto significaría un empate táctico con las fuerzas del gobierno y de la vieja derecha, un proceso de contra ofensiva gubernamental, de aniquilamiento de la organización social, vendría aunque no de inmediato, dándonos tiempo para re articularnos, el escenario de la lucha puede pasar a lo electoral. Las fuerzas de derecha acondicionarán su táctica con miras a las elecciones del 2017 y el movimiento social deberá reinventar los caminos de su lucha. El desenlace de la lucha, favorable para el movimiento social se postergaría hasta el estallido de una crisis económica, prevista en 2 0 3 años.

     3. Que la movilización social permita un golpe de Estado que derroque al gobierno de Correa y se imponga un gobierno “de transición” bajo el control de la derecha.

     Este escenario depende de dos cosas: un acuerdo (que ya está dado) entre las clases dominantes, el poder militar bajo la venia del estado imperial (legitimidad externa del nuevo régimen) y el éxito de la masividad de la movilización social (legitimidad interna).
     Este escenario es el que tiene mayores posibilidades, pero es también muy peligroso para el movimiento social; un gran sector puede ser cooptado por el nuevo poder y a mediano plazo se verá una ofensiva contra este. Después de que el nuevo gobierno desmonte todo el aparato correista (pero no el marco legal que lo sustenta), apuntará sus cañones contra nuestras filas, utilizando los mecanismos legales y extralegales creados por Correa, que quedarían intactos para continuar con el ataque a la organización social.

     4. Que el movimiento social rebase todas las expectativas y logre derrotar al régimen.

     Este escenario, aunque es uno de los menos probables, no es imposible de que suceda. Dependerá de la masividad de la convocatoria y que el papel fundamental se desplace desde las masas espontáneas, hacia el movimiento social organizado, hacia sus organizaciones políticas, que deberán poner en juego toda su capacidad para sustentar un acuerdo que supere su fragmentación y sea capaz de remover los cimientos del régimen establecido, más allá del gobierno de turno.
     Este escenario nos obligaría a la construcción acelerada del poder popular desde la base social, mientras se va desmontando todo el aparato estatal del régimen


     Tareas urgentes para el Paro Nacional




     Es urgente posicionar en la capital, en las clases medias, la responsabilidad social de su movilización, la necesidad de su presencia en las calles y la combatividad de su acción. “Quito tiene la palabra, o se va o se queda (Correa)”, debe ser la consigna para este sector.
     Quienes pueden aportar de mejor manera a esta convocatoria son los artistas, los médicos, los ecologistas, los medios de comunicación, los grupos organizados de mujeres y los estudiantes universitarios.
     Requerimos seguir el diálogo social, conversando entre nosotros, levantando y posicionando el programa coyuntural, pero sentando las bases de un programa táctico que rebase la coyuntura actual. La izquierda debe crear espacios de diálogo y unidad en esta etapa.
     Es necesario desarrollar toda la creatividad en la lucha social, no nos enfrentamos a un gobierno débil, pero la lucha nos ha ido dando posibilidades de recrear nuestras formas de lucha. Deberemos estar atentos con la propaganda oficial; se preparan auto atentados (contra carreteras y edificios gubernamentales) para desacreditar la movilización y sustentar la represión. El gobierno no dudará en “sacrificar” a algunos seguidores suyos con el fin de declarar “violenta” a la lucha social, para desacreditarla nacional e internacionalmente.
     Se está preparando ataque a las redes comunicacionales alternativas (en Internet); si las condiciones lo permiten, se van a confiscar los medios de comunicación privados y se tratará de movilizar la mayor cantidad de fuerzas represivas afines al gobierno.
     Para el gobierno, la actual coyuntura es vital, pues en ella se juega su permanencia; para los otros sectores de derecha no está en juego el proyecto político, sino la oportunidad de conducirlo; y para nosotros, en cambio, el proceso de lucha sólo está iniciando, las posibilidades de enterrar para siempre este régimen de poder viejo y caduco dependerá de cómo afrontemos la lucha social y su desenlace de aquí en adelante.

REVOLUCIONARIOS Y PUEBLO....HA LLEGADO EL MOMENTO DE LA UNIDAD. 

ES HORA DE CONSTRUIR EL PODER POPULAR DESDE ABAJO.