TESIS 11

TESIS 11...
¡ Comunicar es transformar !

jueves, 9 de julio de 2015

AL CUMPLIRSE 42 AÑOS DE SU CREACIÓN: El pueblo unido jamás será vencido... La canción traicionada.


El pueblo unido jamás será vencido
LA CANCIÓN TRAICIONADA
(1ª parte)


Por Xavier Silva Cárdenas[i]



1. INTRODUCCIÓN
2. LA CANCIÓN, LO QUE DICE Y EL CONTEXTO DE SU CREACIÓN
3. LA DIFUSIÓN
4. LA TRAICIÓN
5. CONCLUSIONES NECESARIAS


“Yo no canto por cantar ni por tener buena voz,
canto porque la guitarra tiene sentido y razón.”
Extracto de la canción Manifiesto, de Víctor Jara.

  
1. INTRODUCCIÓN

     Una canción es mucho más que lo que recibimos de ella en primera escucha. Una canción es una obra de arte compuesta por texto y por música que, entrelazados, persiguen el objetivo de conmover al ser humano narrando uno o varios temas definidos. Una canción es, por tanto, un producto cultural que refleja los estados de ánimo, los pensamientos, los acontecimientos o las condiciones materiales que generan y que enfrentan l+s individu+s y las sociedades.
     Cualquier canción comprende un discurso, es decir, viene cargada de contenidos y, en consecuencia, transporta ideología. En su letra y en su música una canción revela el ejercicio de abstracción realizado por su autor o por su autora a partir de su práctica personal de la vida, hecho que, obligatoriamente, nutre una manera particular de concebir el universo y el desarrollo social. Incluso cuando las canciones no son entonadas por quienes las crearon, sino por l+s llamad+s intérpretes, informan acerca de la adhesión de ést+s a esos determinados modos de ver, sentir, analizar y musicalizar la cotidianidad.
     En uno de los mejores casos, una canción comunica principios morales, éticos o estéticos; contribuye a orientar a las personas y a dotarlas de crecimiento espiritual, de ciencia y de conciencia; entraña elementos que las motivan a transformar el mundo. Una canción puede divertir y, al mismo tiempo, formar: si no puedo bailar, tu revolución no me interesa, decía Emma Goldman.
     También podemos encontrar canciones que no cumplen más que la misión de promover el sostenimiento y la reproducción del orden social establecido; canciones que guardan como objetivo principal el distraer, y que poco o nada inciden en el cuestionamiento del ser humano tal cual existe en la actualidad. Y, así mismo, existen canciones que lo que mejor consiguen es enajenar y devaluar directamente nuestra condición como especie.
     Lo cierto es que, considerando la diversidad de gustos construidos socialmente y las múltiples formas de entender el mundo, una canción puede llegar a interpretar y a mostrar aspectos sustanciales de la memoria emocional e histórica de cualquier individu+ o de cualquier grupo social, así como puede evidenciar sus maneras de practicar la vida.
     En suma, la canción y el canto son formas sonoras de comunicación y de expresión humanas que integran puentes destinados a enlazar lo que vivimos con lo que pensamos e imaginamos, y fortalecen la transmisión de lo que fuimos, de lo que somos o de lo que proyectamos ser. Una canción se totaliza como testimonio de vida, se constituye como prueba de coherencia existencial conforme a cualquier modo de concebir el universo; una canción transparenta una síntesis de la conexión dialéctica entre la filosofía y la política, entre el decir y el hacer, entre la realidad y el sueño, y viceversa.
     En este espacio proponemos reflexionar sobre los significados que encierra un tema musical específico que permanece grabado en la mente y en el corazón de las últimas generaciones comprometidas con la transformación política de la sociedad, debido a su trascendencia como uno de los ejemplos más destacados de la canción popular, y a que logra comunicar la situación real y las aspiraciones del pueblo.
     Una reflexión alrededor de El pueblo unido jamás será vencido (1973) nos exige partir del contexto de su creación, así como desde el punto de vista del ser humano explotado, de sus necesidades, de sus conflictos y de las proyecciones hacia su emancipación del sistema capitalista que lo asfixia, que lo asesina; motivos suficientes para ser riguros+s al hurgar en la verificación de coherencia entre los orígenes de dicha canción, su difusión, sus usos y una de sus formas de consumo en la actualidad.
     En el Ecuador de los últimos ocho años, el programa político de la autodenominada Revolución Ciudadana (R.C.) se aprovechó, con mucha habilidad, de varios símbolos de la izquierda latinoamericana elaborados a pulso por una militancia que entregó su vida durante décadas, para terminar vaciándolos de sus contenidos emancipadores originales; todo para vender como verdadero, el espejismo de una “reinvención del quehacer político” a partir de su “nuevo tipo de gobierno” basado en el eclecticismo de una “concepción del mundo actualizada más cierta y más científica” que la fundacional de la izquierda marxista, con el objetivo de distanciar al pueblo de su única alternativa des-esclavizadora: la abolición del sistema burgués de producción a través de la vía revolucionaria. Al fin, de esos símbolos, hoy sólo queda, tras cada “oleada de manos limpias y corazones ardientes”, el empaque sucio, arrugado y maltrecho de cualquier cosa que se usa para la ocasión.
     En ese camino, y de la manera más cínica, se instrumentalizaron varias canciones, así como algun+s trovador+s y juglares representantes del movimiento de La Nueva Canción Latinoamericana. Pero ell+s otorgaron su permiso, su aprobación, y hasta efectivizaron su participación directa en dicho proceso; esto queda claro, de modo que, muy a nuestro pesar, en esa esquina no existen inocentes.
     La canción El pueblo unido jamás será vencido, junto al grupo chileno Quilapayún, constituyen una de las expresiones más vivas de este fenómeno. El último 1º de Mayo, en la Plaza de Santo Domingo de la capital ecuatoriana, el final de la intervención del primer mandatario fue sellado por cañonazos de papel multicolor picado y la irrupción de los Quila entonando el tema en cuestión. Había un ambiente ostentoso, el público propicio (buena parte llevado desde provincias en decenas de buses), tarima para concierto, amplificación impresionante, pantallas gigantes; todo el despliegue humano y técnico para cumplir con los requerimientos del espectáculo propagandístico de la política gubernamental.
     ¿Hasta dónde puede llegar la desvergüenza de quienes dicen pero no hacen? ¿Dónde se extravió el bicho caprichoso de la coherencia? ¿Qué caminos creativos críticos nos quedan en medio de la avalancha del eclecticismo político? Las respuestas y justificaciones a favor del correismo están a la orden del día. Nosotr+s, en principio, sostenemos que, en el escenario político ecuatoriano, el gobierno de Alianza PAIS emprendió una arremetida falsaria totalmente funcional al sistema capitalista en contra de las raíces de la práctica y del pensamiento críticos desvirtuando los contenidos revolucionarios de todo lo que ha tocado, y que, así como a otros símbolos de la izquierda, productos culturales y un sinnúmero de canciones populares, convirtió a El pueblo unido jamás será vencido en una mercancía más, en una canción traicionada.


2. LA CANCIÓN, LO QUE DICE  Y EL CONTEXTO DE SU CREACIÓN    

El pueblo unido jamás será vencido

Letra: Sergio Ortega / Quilapayún.
Música: Sergio Ortega.



El pueblo unido jamás será vencido.
El pueblo unido jamás será vencido.

De pie, cantar, que vamos a triunfar. 
Avanzan ya banderas de unidad. 
Y tú vendrás marchando junto a mí 
y así verás tu canto y tu bandera florecer. 
La luz de un
rojo amanecer 
anuncia ya la vida que vendrá. 

De pie, luchar, el pueblo va a triunfar. 
Será mejor la vida que vendrá 
a conquistar nuestra felicidad 
y en un clamor
mil voces de combate se alzarán, 
dirán canción de libertad,
con decisión la patria vencerá. 

Y ahora el pueblo que se alza en la lucha
con voz de gigante, gritando: ¡adelante! 

El pueblo unido jamás será vencido. 
El pueblo unido jamás será vencido. 

La patria está forjando la unidad. 
De norte a sur se movilizará 
desde el salar ardiente y mineral 
al bosque austral, unidos en la lucha
y el trabajo irán, la patria cubrirán. 
Su paso ya anuncia el porvenir.

De pie, cantar, el pueblo va a triunfar. 
Millones ya, imponen la verdad,
de acero son, ardiente batallón,
sus manos van llevando la justicia y la razón. 
Mujer, con fuego y con valor, 
ya estás aquí, junto al trabajador. 

Y ahora el pueblo que se alza en la lucha 
con voz de gigante, gritando: ¡adelante! 

El pueblo unido jamás será vencido.
El pueblo unido jamás será vencido.


     Desde la comprensión de lo esencial de uno de los valores fundamentales que vitalizan los cimientos de la especie humana, es decir, desde el reconocimiento de su ser social, una voz colectiva, consciente, revela y canta su sentencia: ¡El pueblo unido jamás será vencido! Esta recuerda los últimos párrafos del Manifiesto del Partido Comunista[ii] que finalizan con una frase que estaría destinada a convertirse en el lema máximo de la revolución mundial: ¡Proletarios de todos los países, uníos! Aquí, como en el primer verso de la canción, se graba a fuego en la memoria y en el corazón la necesidad de fusión de tod+s l+s integrantes de las mayorías explotadas para multiplicar y afianzar la fuerza que asegurará la consecución total de sus objetivos materiales y espirituales: la socialización de la riqueza y la dignificación humana.

...continuará en publicación del lunes 13 de julio. 




[i]     Actor teatral, poeta, narrador oral, obrero, trovador popular, promotor de proyectos y eventos culturales.

[ii]     “Resumiendo: los comunistas apoyan en todas partes, como se ve, cuantos movimientos revolucionarios se planteen contra el régimen social y político imperante.
   En todos estos movimientos, la cuestión fundamental que verdaderamente se dilucida, es el régimen de posesión de la propiedad, cualesquiera que sean las formas más o menos progresistas y avanzadas que revista.
   Finalmente, los comunistas trabajan por llegar a la unión y el entendimiento, de los partidos democráticos de todos los países. Los comunistas, no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas e intenciones. Abiertamente declaran, que sus objetivos sólo pueden alcanzarse, derrocando por la violencia todo el orden social existente.
   Tiemblen si quieren las clases gobernantes, ante la perspectiva de una revolución comunista. Con ella, los proletarios no tienen nada que perder, sino sus cadenas. Por el contrario, tienen todo un mundo entero que ganar.
   ¡Proletarios de todos los países, uníos!”

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