¡AYAYAY ME PEGARON, AYAYAY LA FEUE!
Por Hugo Palacios (El Búho)
Yo, Charles Muñocito, declaro:
Con la novedad que nos agredieron, ayayay me hicieron. Malos
mismos son los Mariáteguis. Claro que nos llevamos con los Latin King, pero no
somos amigos del alma, solo nos cuidan, nos protegen de las malas vibras. Ni
siquiera les llamamos, ellos solitos van donde estemos. Se están rehabilitando
y nosotros, sensibles ante el dolor ajeno, les dejamos hacer. Ahora si se ponen
un poquito violentos, es parte de su proceso de recuperación. Ellos son lo que
se diría el cuerpo de paz de Nueva Universidad.
Les cuento mi versión. Pasa que estábamos reunidos en la FEUE, y
pasa que enseguida pasaron unos tipos y tipas bien malos, que nos reclaman
porque no queremos soltar la teta… digo, la FEUE. No es que no queramos dejar
la FEUE, es ella la que no nos quiere dejar a nosotros. Además, seguimos el
ejemplo de dialogar con todos como dice nuestro líder espiritual de
Carondelete.
Nosotros éramos algunos, ellos unos poquitos pero bien gritones;
reclamando que ya me vaya, que tengo tercera matrícula. ¡Y qué!, a mí siempre
me ha gustado el 3, y si va acompañado de un 5 mejor. Y ahí reunidos, que de
pronto y por casualidad que se va la luz. Uno de nuestros compañeros, se
tropezó y justo su dedo índice derecho fue a dar en el interruptor, lo que
provocó que todo quede a oscuras. No es que les hayamos emboscado a esos
malos, lo único que hicimos fue ponernos de acuerdo para sacarles de ese lugar
sin que ellos se enteren. Tocó llamar hasta a la familia, para que vean que uno
es chico de casa, bien portado.
Recuerdo que en esos momentos se escuchaban gritos, alguien de
los nuestros quiso cerrar la puerta, pero no para que se queden encerrados,
sino para evitar que los gritos se oyeran a lo lejos. Eso es ser prevenido.
Solo recuerdo gritos, golpes. Pero nosotros no hicimos nada, solo queríamos
recibir los golpes y agresiones cerrados los ojos; es más, les di la orden a
mis compas de Nueva Universidad que den la otra mejilla como lo dice Cristo, y
así fue. Esos malos hicieron de las suyas y ayayay dije 35 veces para que vean
que grito con ideología propia.
Luego, vi algo que me dejó estupefacto. A pesar de la
oscuridad, como tengo vista de águila, logré proyectar mi visión a 35 grados, y
me percaté que los malos y otros se volvían locos. Estaban autoagrediéndose.
Observé como un pelón se daba golpes con su propio puño en el ojo izquierdo; un
profesor de la Facso, un pelón se jalaba de la trenza y se daba de rodillazos
en la boca. Una chica tomó un pedazo de vidrio de mi mano y procedió a
lastimarse el brazo; otra más se mordía la quijada hasta sangrar. Una
profesora, también de la Facso, se halaba el cabello a dos manos. Yo nunca las
toqué, bueno, apenitas tal vez pero fue producto de la emoción y por siacaso.
Yo no pego mujeres, ellas solitas se dejan pegar. Entre ellos se pateaban y se
jalonaban. Locos mismos han sido. Nosotros, en cambio, paraditos sin movernos,
exhalando paz por los poros, orando por la FEUE. Somos tan buenos, tan choclo
con queso, tan dos por dos es cinco; bueno, para que rime, 35.
Ya en Flagrancias di mi declaración. Me revisaron de pies a
cabeza. Se dieron cuenta que tenía un corte en la mano, sangre en la cara,
dolor en al alma. Ayayayay me hicieron. El Oscar a la mejor actuación debían
darme. El próximo semestre me inscribo en Artes. Y así, en estado de shock me presenté
a los medios de comunicación panas, sin limpiarme la sangre bendita de mi cara,
para que vean que uno también sabe de propaganda.
Es todo cuanto puedo certificar en honor a la verdad. Seguiré
luchando por los intereses de la FEUE, pediré un amparo para que me perpetúe de
Presidente aunque me den cuarta matrícula. Y me curaré esta herida que me hice
en la mano, perdón, que me hicieron, y ahí sí me van a conocer, porque un
Muñocito herido es como un león con hambre. Ah, y de seguro, me invitarán a una
sabatina. Pucha que voy a ser famoso. Hasta la victoria siempre, y el último de
Nueva Universidad que apague la luz…
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