COYUNTURA
El gobierno, la derecha y la izquierda: los dilemas de la coyuntura política en los últimos meses
Por: Tomás
Quevedo Ramírez
“En la lucha social también los grandes ríos
nacen de los pequeños ojos de agua
caminan mucho y crecen
hasta llegar al mar”
Roque Dalton/Ley de la vida.
I
Parece que el paraíso construido con el petróleo llegó a su fin, desde
mediados del 2014 el precio de este producto ha sufrido una caída sostenida, al
pasar de más de 100 dólares a un promedio de 50 en los últimos meses, esto ha
determinado que gobiernos que basan su economía en este producto tengan que
generar reajustes en sus presupuestos para el 2015.
En el caso ecuatoriano, la caída del precio del petróleo confluyó con un
momento de confrontación política importante, protagonizada por el presidente
Rafael Correa y su partido Alianza País; la derecha se ha agrupado alrededor de
la figura de Guillermo Lasso y ‘Compromiso Ecuador’; mientras que varias
fuerzas sociales y populares han confluido en el ‘Colectivo Unitario de
Organizaciones Sindicales, Indígenas y Populares’ compuesto por el Frente
Unitario de Trabajadores (FUT) la Confederación de Nacionalidades Indígenas del
Ecuador (CONAIE), el Frente Popular y otras organizaciones sociales. Los
principales ejes del conflicto se relacionan de manera directa con las medidas
y políticas públicas implementadas por el gobierno entre las cuales podemos
destacar:
El proyecto de un Código de Trabajo
anti-obrero
Ley de Tierras Productivas
Enmiendas constitucionales
Derogatoria del Decreto 16
Utilización de los fondos del IESS
La administración conservadora del ENIPLA
La criminalización de la protesta
El desalojo de la sede de la CONAIE
Acoso y judialización de críticos al
gobierno de diferentes tintes ideológicos.
Y en los últimos días las llamadas salvaguardas para los productos
importados han hecho que sectores de la burguesía importadora y de la clase
media-alta se sumen a la contienda política.
La coyuntura política se abrió desde Septiembre del
2014 con la primera movilización sindical, que tenía como demanda principal la
expedición de un código de trabajo que beneficie al conjunto de la clase
trabajadora y no a los empresarios, esta primera movilización hizo ver que en
los sectores populares, especialmente trabajadores empezaba a ver un
descontento con las medidas tomadas por el gobierno; esto significó que el
movimiento sindical vuelva a las calles después de muchos años de haber tenido
un perfil bajo en el escenario político.
Para la movilización de noviembre de ese mismo año, los sectores
indígenas y campesinos, organizaciones ambientalistas, feministas,
estudiantiles se sumaron a la iniciativa de los sindicatos con sus propia
reivindicaciones; esto provocó que la movilización congregue a más de 10 mil
personas, convirtiéndose en una de las movilizaciones más importantes de los
últimos años.
La reacción del gobierno no se hizo esperar a través de sus medios de
propaganda (medios públicos) e incluso realizó un contramarcha, con la cual a
duras penas y sumando muchos funcionarios de las instituciones públicas logró
llenar la Plaza de la Independencia. Mientras tanto, las calles de varias
provincias del país mostraron varias organizaciones que pedían parar las
políticas del gobierno, parar la prepotencia y los abusos de poder.
El año 2014 se cerro con un balance positivo para las organizaciones
sociales, que después de ocho años empezaron a articular nuevos esfuerzos por
movilizarse y disputar la opinión pública.
II
Por su parte la derecha tradicional representada por
el banquero Guillermo Lasso también se ha fortalecido, junto a sectores
productivos y algunos intelectuales como Cesar Montufar; su demanda esta
relacionada de manera directa con la reelección indefinida como forma política
que atenta a la democracia y fortalece el autoritarismo señalan sus partidarios.
Este sector ha impulsado la recolección de firmas para que la enmienda
constitucional, que abre el camino para la reelección sea decidida mediante una
consulta popular; sus intentos para la calificación y entrega de formularios en
el Consejo Nacional Electoral (CNE) no han dado resultados y su primer intento
fue rechazado. Sin embargo este sector ha persistido en su iniciativa y ha
llevado su reclamo a la Corte Constitucional, de la cual esperan una respuesta
aprobatoria. Además, las intenciones puntuales de este movimiento político es
posicionar a Guillermo Lasso como opción presidencial en 2017.
Los sectores empresariales, en especial los ligados a la importación han
salido también al paso, de manera especial por las salvaguardas contra los
productos importados, para este sector la demanda es clara “no se puede
invertir en un país que no tiene las reglas claras”. La justificación del
gobierno esta relacionada con la necesidad de que los dólares se queden en el
país, y para esto se necesita que la gente consuma la producción nacional. Sin
embargo, estas medidas aunque son importantes para el fortalecimiento de la
producción nacional han surgido en un contexto de crisis en las arcas fiscales.
III
Las fuerzas gubernamentales representadas por Alianza País en esta
coyuntura han tratado de mostrarse fortalecidas y con capacidad de reacción,
más frente a las iniciativas de las organizaciones populares que frente a las
demandas de la derecha; sin embargo, se nota un desgaste de su discurso
político y se empiezan a evidenciar resquebrajamientos internos, es sabido e
incluso reconocido que al interior de PAIS conviven tendencias de derecha
(Mera-Alvarado) junto con ex militantes de izquierda y el Partido Comunista,
quienes bajo la idea de radicalizar el proceso llevan ocho años subordinados a
los sectores más conservadores de PAIS.
Este movimiento político ha puesto el Estado al
servicio de la construcción orgánica, tal como harían los populismo de los años
30 y 40 en América Latina, este gobierno intenta crear sus propias
organizaciones desde la iniciativa estatal, pero sin dotarles de capacidad de
negociación como bien señala Pablo Ospina (2014). Muestra de ello es la Central
Unitaria de Trabajadores (CUT) y la Alianza Indígena, ambas con la pretensión y
misión de disputar las bases tanto al FUT como a la CONAIE; y la Red de
Maestros por la Revolución Educativa para contraponerla a la Unión Nacional de
Educadores (UNE).
Las contra-marchas y concentraciones llevadas a cabo
por las fuerzas gubernamentales, han tratado de mostrarse como iniciativa de
sus organizaciones y sin ninguna relación con las movilizaciones convocadas por
los sectores obreros y populares.
IV
Hay que señalar que las últimas movilizaciones han sido el resultado de
la acumulación de conflictos con diversos sectores sociales: sindicales,
campesinos, indígenas, ecologistas, feministas y estudiantiles. Tal parece que
el conflicto es la instancia que aprovecha el gobierno para legitimarse, a
través de desgastar, acusar e incluso reprender a las organizaciones que
participan o convocan a las movilizaciones, el gobierno ha señalado que sus
demandas no tienen sentido, que están siendo manipulados y que tienen intereses
de desestabilización de la democracia.
Esta aseveración bajo el análisis se muestra desenfocada; lo que han
exigido varios sectores sociales es la participación, el debate y que las leyes
incluyan demandas de estas organizaciones, pues sobre el conjunto de leyes ha
primado la versión oficial e incluso la moral conservadora del gobernante y su
equipo de trabajo.
En tal sentido el retorno de las organizaciones a
las calles se ha dado bajo el principio constitucional del derecho a la
resistencia para la ampliación de la democracia, pues esta es vista como una
actividad técnica donde las organizaciones no tienen criterio, incluso las
organizaciones afines como la FENOCIN o la Alianza Indígena no han incidido de
forma determinante en el debate de la Ley de Tierras y tampoco la Red de
Maestros sobre el modelo educativo que se esta implementando.
El gobierno bajo la visión técnica de la política, ha señalado que
organizaciones como la CONAIE en su sede se han dedicado a realizar actividades
políticas y toman esa como excusa para un posible desalojo. Hay que recordarle
al gobierno que la CONAIE en sí es una organización política y que como
tal tiene todo el derecho de realizar actividades políticas dentro de su sede,
es insensato pensar que una persona o ciudadano para utilizar los términos
oficiales, no haga política, cuando el ser humano es un ser político.
El gobierno ha hecho de esto su discurso contra las
organizaciones, pues las acusa de politizar el debate; en tal sentido se hace
necesario recordar que mayor politización de las masas, mayor participación y
mayor debate hacen posible que la democracia se fortalezca.
V
La marcha realizada el 19 de Marzo (19M) ha mostrado que la gente se
esta cansando de la forma de administración y de la toma de decisiones por
parte del gobierno, que la prepotencia como forma de enfrentar el conflicto no
funciona y sobre todo que a nivel nacional tanto las organizaciones y las
ciudadanas y ciudadanos empiezan a empoderarse del conflicto desde sus
reivindicaciones puntuales que han sido anuladas o abordadas inadecuadamente
por el gobierno, como es el caso del plan ENIPLA y las opiniones vertidas por
el asesor jurídico de la presidencia, las cuales tuvieron una resonancia
importante por el hecho de tratar de controlar la sexualidad, en especial de
las mujeres. La movilización de este mes contó con una mayor participación de
organizaciones e incluso se ve que la clase media de la ciudad de Quito,
empieza a estar en las calles.
VI
Algunas lecciones que dejan para la militancia de izquierda el conjunto
de las últimas movilizaciones es la necesidad imprescindible de construir una
agenda política unitaria y que vaya más allá del sectarismo característico de
la izquierda ecuatoriana, para ello hay que fortalecer los argumentos de cada
movilización pues han sido fácilmente asimilados por la derecha, lo que ha dado
pie a que en el nivel del discurso haya coincidencias; se deben fortalecer los
procesos de formación de nuevos y nuevas dirigentas que rebasen el consenso
liberal y la demanda de una Nueva Constituyente, hay que entender que el
problema central no esta en las leyes que la misma izquierda apoyó a aprobar,
sino en las condiciones estructurales de la vida, en el sistema capitalista, si
no somos capaces de mirar un horizonte socialista, una nueva Constitución no
servirá para nada.
Es necesario también superar el hecho electoral, donde la izquierda
históricamente y más en los últimos años ha mostrado no ser una opción para la
gente, y no lo será mientras no se acerque a los sectores populares y a sus
demandas; lo peligroso de una nueva elección es que la derecha se ha
fortalecido y se muestra como una opción de recambio, mientras que ciertos
sectores que hoy son convocantes de las manifestaciones acudirán nuevamente a
alianzas electorales. Es importante cuidar el proceso de movilización, pues ha
sido difícil que el tejido social se recomponga y no se la puede poner al
servicio de intereses electorales particulares.
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